Según ha informado la tecnológica con sede en Sunnyvale (California), toma esta decisión a petición de varios colectivos de desarrolladores "hartos de recibir diariamente ofertas de empleo de empresas que les ofrecen miles de las antiguas pesetas por sus servicios".

Ha sido el propio Ryan Roslansky (Director Ejecutivo de LinkedIn) el encargado de comunicar a los medios de comunicación la sorprendente decisión.

En una rueda de prensa muy corta (Ryan tenía prisa y, aunque no ha dicho por qué, tenía toda la pinta de tener una entrevista de trabajo) ha expuesto a los medios acreditados que, a partir de enero de 2021, todas las ofertas de empleo que se envíen desde la plataforma irán directamente a la carpeta “spam” de los destinatarios.

Ryan Roslansky, CEO de LinkedIn. Fuente: su perfil en Infojobs.
Ryan Roslansky, CEO de LinkedIn. Fuente: su perfil en Infojobs.

A pesar de que era una vieja reivindicación del mundo del desarrollo informático, la noticia ha caído como una bomba en el sector del recruitment, desde el que se quejan de la pertinaz sequía de candidatos que hay en el sector IT y auguran oscuros nubarrones si la iniciativa se llega a poner en práctica.

Como no podía ser de otra manera, en el mundo de la Programación la noticia ha sido acogida con gran algarabía y alborozo. Según Concha Boluda, presidenta de la Asociación de Programadores por un Mundo Mejor, “será el fin de las ofertas de trabajo disparatadas que ofrecen indecentes cantidades de dinero por desarrollar aplicaciones con frameworks impronunciables que nadie sabe escribir bien”.

Para entender la magnitud real del problema, nos hemos puesto en contacto con Cristóbal Oncesto, un desarrollador junior que trabaja en Albacete en una consultora de primer nivel cuyo nombre no mostramos para no hacer publicidad.

En este marco incomparable, Cristóbal nos muestra una serie de correos electrónicos en los que, diferentes empresas, le ofrecen formar parte de su plantilla. “Estas ni las miro —comenta seleccionando unas cuantas— porque solo me ofrecen cinco o seis mil euros más de lo que gano ahora.

Estas otras —señala diez o doce ofertas— son para trabajar en países lejanos en fechas incómodas… ¿quién quiere vivir en Londres en diciembre con las pelonas que caen allí? Y estas —marca un par de emails— me ofrecen trabajar con frameworks que me inventé en el CV como ConspiracyJS: The Bolivarian Framework o RafaNadal.io en honor a mi tenista manacorí favorito”.

Otra queja frecuente en el sector es recibir ofertas de trabajo poco personalizadas con requisitos poco realistas. Cristóbal nos enseña la última oferta que ha recibido:

“Estimada Margarita,

Mi nombre es XXXXXXXXX, técnico de Selección de Talento Extremo de XXXXXXXXXX. Me pongo en contacto contigo/a porque hemos visto tu perfil y estamos buscando alguien similar para trabajar con uno de nuestros clientes, líder en el sector.

Buscamos un desarrollador Fullstack Junior con amplia experiencia en las siguientes tecnologías:

Ofrecemos:

Si estás interesado/a en esta posición ponte en contacto conmigo y concertamos una entrevista y te envío todas las pruebas técnicas para que puedas realizarlas tranquilamente durante el próximo mes.”

También suelen ser comunes los mails crípticos en los que casi no se describe el puesto, ni la empresa y mucho menos las condiciones salariales (o incluyen rangos muy amplios “entre 10.000 y 100.000 euros, según valía”) y que, de ser cierta la iniciativa de LinkedIn, dejarán de aparecer en el correo de los programadores, ya hartos de tanta oferta.

Pero las empresas de selección y reclutamiento ya están empezando a buscar nuevos formatos de captación de talento que les ayuden a compensar la pérdida.

El formato más novedoso es el reality show “La isla de las tentaciones laborales” en el que un grupo de developers de diferentes empresas se encerrarán en una isla paradisíaca para poner a prueba su compromiso con la empresa.

Separados en dos casas, deberán convivir con un gran número de técnicos de selección que les propondrán jugosas posiciones diariamente y les realizarán entrevistas y pruebas técnicas.

Al casting de la primera edición se presentaron más de 150.000 desarrolladores (la mayoría mientras asistían a retros y dailies soporíferas) y se estrenará, a principios de año, en YouTube y Github.

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