Al terminar la entrega de un proyecto (¡ojo,! también podemos hablar de un servicio o un producto), muchas veces miramos atrás y descubrimos aprendizajes clave que podrían haber marcado la diferencia desde el principio.
En este post comparto cinco pilares fundamentales para liderar una entrega con mayor probabilidad de éxito:
- Visión y estrategia
- Equipo
- Comunicación
- Alineamiento
- Mejora continua
¡Siempre se empieza con la visión! Pregúntate:
¿Qué problemas realmente importan a nuestros usuarios? ¿Qué oportunidades estamos pasando por alto? ¿Para qué se nos está contratando? Cultiva una mentalidad de constante apertura y cuestionamiento.
Construir una visión clara y atractiva guiará al equipo y a las partes interesadas en la misma dirección. Para ello:
- Identifica y entiende a tu usuario: usa herramientas como personas, mapas de empatía o entrevistas.
- Define una estrategia adaptable, respaldada por factores clave:
- Roadmap adaptativo: planifica un roadmap flexible basado en feedback continuo y experimentación.
- Hipótesis y validación: antes de construir, asegúrate de validar con tests A/B, prototipos y datos.
- Métricas claras: define KPIs para medir el impacto real de lo que desarrollas y orientar próximos pasos.
- Enfoque MPV (o MVP): minimiza riesgos con un alcance inicial reducido y entrega de valor temprana, a ser posible facilitando también su monetización.
Tenemos claro hacia dónde vamos, pero es necesario contar con un equipo equilibrado y con roles claros para llegar hasta allí. Es la base del éxito, y para lograrlo:
- Asegúrate de contar con un liderazgo efectivo, ya sea un Agile Delivery Lead (ADL) o un Product Manager (PM), según la naturaleza del trabajo.
- Trabaja con diversidad de perfiles y metodologías como Belbin, DISC o Team Topologies para optimizar la colaboración y el flujo de trabajo.
- Fomenta la interacción efectiva del equipo a través de:
- Las tan conocidas dailies: inspección rápida y gestión de bloqueos.
- Refinamientos: momentos para ir refinando trabajo futuro.
- Reviews y retrospectivas: reflexiona sobre avances y mejoras constantes.
- 1-on-1s: espacios para el crecimiento personal y alineación individual.
La comunicación es el pegamento del equipo. Un error común es dar por hecho que todos están alineados sin verificación constante.
- Con stakeholders y clientes. Mantén una comunicación transparente sobre avances, expectativas y decisiones clave. Ser capaz de adaptar esa comunicación a las diferentes partes interesadas es vital.
- Con el equipo. Usa principios de honestidad, transparencia y seguridad para evitar malentendidos.
- Evita los silos. Colabora activamente con otros equipos para prevenir dependencias y bloqueos.
- Registra lo importante. No todo debe ser oral. Documenta decisiones clave y cambios para una referencia futura.
- Haz que el mensaje impacte. Usa la narrativa para que tu comunicación sea clara y convincente.
Lo importante es que todas las partes implicadas estén informadas y alineadas.
Y, hablando de alinear, saltemos a ella en el siguiente punto:
Sin alineamiento, la comunicación pierde su efectividad. Asegúrate de que todo el equipo está en la misma página:
- Alinea roles clave. La colaboración entre Product Manager, Tech Lead y ADL es esencial desde el inicio.
- Compromiso del equipo. Comparte la visión y el impacto de cada acción para motivar al equipo.
- Sesiones de feedback. Invita a las partes interesadas a revisiones periódicas para validar direcciones y ajustar estrategias.
- Roadmap visible. Asegúrate de que la estrategia y avances sean comprensibles para todo el equipo.
- Mentalidad de producto. Incluso en un servicio o un proyecto, mantener esta mentalidad aporta beneficios incuestionables. Esto significa orientar el trabajo al cliente, entregar valor de manera continua, abrazar la experimentación y el aprendizaje constante.
- Gestión de riesgos. Dedica sesiones periódicas para identificar riesgos desde diferentes prismas, estableciendo acciones preventivas.
Nada está escrito en piedra. Mantén un enfoque de mejora continua a dos niveles:
- Lanza releases frecuentes con calidad y foco en el usuario.
- Evalúa constantemente el feedback y ajusta prioridades según datos. Sé capaz de pivotar y adaptar tu backlog de trabajo de forma eficaz.
- Elimina funcionalidad innecesaria si no aporta valor.
- Usa retrospectivas para mejorar dinámicas de equipo y procesos de trabajo.
- Implementa acciones de mejora y haz seguimiento de su impacto.
- Documenta aprendizajes con un post-mortem al cierre del proyecto.
El éxito de un proyecto depende de cinco pilares: una visión clara y una estrategia adaptable, un equipo diverso y bien organizado, una comunicación efectiva y transparente, un alineamiento constante entre todas las partes y una cultura de mejora continua para evolucionar constantemente.
En futuros artículos, profundizaremos en cada uno de estos factores con ejemplos prácticos y herramientas que te ayudarán a aplicarlos en tu trabajo diario.
Pablo Salvador
Agile Delivery Leader en Paradigma Digital. Doctorado en Ingeniería Telemática, me interesa la innovación, la construcción de productos de forma ágil sin olvidarme de las relaciones personales, la parte humana de los equipos y su motivación. Fanático del teatro y del crossfit.
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