Antes de comenzar, detente un momento y mira a tu alrededor. Estoy convencido de que si estás leyendo este blog lo estarás haciendo desde un smartphone o un tablet y que si estás desde un PC casi con toda seguridad sea un portátil.

Seguramente tengas un *smartwatch *o una pulsera de actividad en tu muñeca y me atrevería a decir que, si eres un *gamer, *tienes, o estás pensando comprar, una Switch para llevarla en tus próximas vacaciones.

La movilidad ya no es una tendencia, se ha convertido en nuestro estilo de vida. Ha redefinido la forma en la que trabajamos, cómo nos comunicamos, consumimos y hasta cómo nos divertimos.

La movilidad ha redefinido nuestra forma de vivir y se ha convertido en un elemento catalizador para el negocio y la incorporación de nuevas tecnologías. Si echas un vistazo a las actuales tecnologías emergentes, y a gran parte de la tendencias de negocio, verás que todas tienen a la movilidad como un denominador común.

El smartphone, la joya de la corona de la movilidad, ha evolucionado hasta el punto de que quizá, hoy por hoy, lo menos importantes es que puedas llamar desde cualquier sitio.

Desde la primera versión de iPhone en 2007 hasta el último iPhone X, el dispositivo se ha poblado de multitud de sensores (GPS, NFC, lector de huellas…) y su capacidad de procesado ha crecido hasta llegar a ser similar a la de un PC (por ejemplo, el procesador del iPhone 8 tiene un rendimiento similar a un Intel Core i5-7600K, procesador que montan muchos de los portátiles generalistas del mercado).

Gracias a esto, a la digitalización y a la evolución de las redes móviles, ya se pueden realizar tareas complejas en cualquier situación y ubicación.

Y aunque cuando hablas de movilidad lo primero que te viene a la mente es tu smartphone, hay que decir que no nos referimos solo a móviles. Wearables, Beacons, vehículos conectados… todas estas tecnologías forman parte de dicho ecosistema.

El auge del IoT

Tal y como dijo Eric Schmidt en el World Economic Forum: “IoT will always be part of our presence”. Se prevé que en 2020 haya aproximadamente 26 mil millones de dispositivos conectados y que muchos de ellos serán o bien dispositivos móviles en sí mismos o estén controlados desde ellos.

Smart Homes, Smart Cities, Smart Everything!

Cada vez es más frecuente que tengamos en casa termostatos, sistemas de iluminación o persianas inteligentes. Todo ello conectado a Internet, controlado y configurado desde nuestros teléfonos de manera remota.

Aplicaciones como Google y Apple Home vienen ya pre-instaladas en nuestros teléfonos. Ya no resulta raro encender la calefacción de casa desde el móvil cuando sales del trabajo, levantar y cerrar las persianas mientras estás de vacaciones o vigilar lo que hace tu perro cuando sales.

De igual manera las ciudades también están evolucionando con soluciones en las que la movilidad está presente. El uso de beacons (para los que tanto Google como Apple tienen sus plataformas iBeacon y EddyStone respectivamente), nos permite hacer cosas como recibir información turística en nuestros teléfonos cuando nos acercamos a un monumento, enviar información útil a los ciudadanos cuando entran una oficina para hacer un trámite o incluso controlar las señalizaciones de la ciudad en función del tráfico.

La movilidad también sirve para mejorar la calidad de vida de las personas mediante soluciones como WayFindr. Esta empresa ha desarrollado la primera solución estandarizada de audio-navegación accesible, permitiendo a las personas invidentes desplazarse por el metro de Londres mediante una app instalada en sus móviles que se conecta por bluetooth, con etiquetas repartidas por los túneles del suburbano.

El vehículo autónomo

Otra tendencia de la que seguiremos hablando durante los próximos años es la del coche autónomo. Aunque estamos aún ante una tecnología incipiente, parece claro que el futuro de la automoción tiene al vehículo autónomo como objetivo final.

Y en este camino estamos viendo cómo primero estamos convirtiendo nuestros coches en lo que podríamos llamar Smart Cars. Hemos visto desde cómo se empezaban a introducir tarjetas SIMs en ellos para dar soluciones de telefonía y localización, hasta cómo Apple y Google han adaptado sus soluciones móviles con Android Auto y Apple CarPlay.

Si nos vamos a la punta de lanza de esta tecnología y buceamos por la aplicación móvil oficial de Tesla, veremos la cantidad de opciones de control remoto que posee. Desde controlar la temperatura, su carga, abrir y cerrar puertas… ¡hasta convocarlo!

Aunque ahora mismo está pensado para poder meterlo y sacarlo del garaje, no parece que la tecnología vaya a ser un impedimento para poder empezar a decir: “Kit, ¡te necesito!”.

Digital Reality

Otra de las tendencias actuales es la *Digital Reality, *una amalgama de Realidad Aumentada, Realidad Virtual, Mixed Reality y tecnologías inmersivas.

En pocos años hemos visto cómo estas tecnologías han pasado de meras pruebas de concepto o demos realizadas con dispositivos voluminosos y fabricados ad hoc, a aplicaciones comerciales que puedes ejecutar directamente en tu smartphone.

El lanzamiento de las librerías ARCore y ARKit de Google y Apple, han permitido poner al alcance de cualquier desarrollador móvil la realidad aumentada, abstrayéndole de los complicados cálculos físicos o el tratamiento de imágen.

Ya tenemos ejemplos comerciales, como la app de Ikea, que te permite visualizar cómo quedarían sus muebles en tu salón o multitud de juegos donde los personajes se mezclan con la realidad en la pantalla de tu móvil.

Esta tecnología está cambiando los negocios, pero no solo de cara al consumidor, sino también de cara a posibles soluciones empresariales. General Electric está empezando a usar la realidad aumentada de distintas formas.

Por ejemplo, el personal de mantenimiento, provistos de un iPad, puede visualizar los equipos industriales y repararlos con mayor eficiencia.

Big Data, Machine Learning, Deep Learning...

En el Mobile World Congress de este 2018, Big Data fue uno de los principales protagonistas en parte gracias a la presentación de muchas más realidades aplicadas.

Estas tecnologías están siendo las facilitadoras en una transición hacia la nueva economía del dato, donde una de las principales fuentes de datos precisamente son y serán los dispositivos móviles.

Nuestros smartphones viajan con nosotros de manera constante y se han convertido en nuestro dispositivo principal para muchas de las actividades diarias. A través de él podemos conocer desde dónde se encuentran la personas hasta sus hábitos, gustos, filias y fobias.

Las grandes operadoras móviles ya comercializan productos como Vodafone Analytics o la unidad Luca de Telefónica, basados el tratamiento de la información de nuestro teléfonos con el objetivo de ayudar a los negocios a tomar mejores decisiones para sus clientes.

Gracias a los datos que nos proporcionan y el procesamiento mediante tecnologías Big Data también se pueden predecir comportamientos sociales, luchar contra la contaminación o evitar la propagación de epidemias.

La asociación GSMA, formada por 800 operadores móviles de todo el mundo, trabaja a través de su iniciativa Big Data For Social Good con gobiernos y ONGs para este propósito.

Nuestros hábitos son mobile

Todas estas tendencias y nuevas tecnologías que la movilidad ha hecho posible han cambiado nuestros hábitos de vida. El móvil es el primer dispositivo al que recurrimos para casi cualquier actividad diaria y los datos lo corroboran. Según ComScore un 30% de la población mundial es mobile only.

En 2015 Google ya anunció que se realizaban más búsquedas desde entornos móviles que desde escritorio. Si echamos un ojo a cómo compramos, vemos que casi un 59% de las compras online en el mundo ya se realizan desde dispositivos móviles.

En 2017, casi un tercio de los pagos en comercios se realizaron desde móvil y pulseras contactless. Y así puedes encontrar un gran número de ejemplos que confirmar que el mundo se convierte en Mobile First.

En definitiva, la movilidad ha cambiado nuestra forma de vivir y lo va a seguir haciendo durante los próximos años. Ha sentando las bases de los próximos grandes cambios tanto para el consumidor como para los trabajadores y ya nunca más concebiremos nuestro día a día sin ella.

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