En enero de 2012 Kodak anunció su bancarrota después de más de 100 años de historia. La tragedia fue aún mayor porque Kodak inventó lo que finalmente acabaría con ella, la cámara digital.

Kodak no murió por no ser capaz de imaginar el futuro, sino por no ser capaz de capitalizar el trabajo de sus inventores y científicos. No fueron capaces de gestionar adecuadamente la innovación.

La gestión de la estrategia de innovación es la habilidad de competir en mercados maduros, con tecnologías maduras donde la eficiencia operacional y la mejora continua son las vías de hacer negocio, mientras se exploran nuevos mercados y tecnologías como base para los modelos de negocio futuros.

Sabiendo que el presupuesto en toda compañía es limitado, lo que está claro es que las empresas no deberían invertir en cualquier idea, sino que se deben establecer unas fronteras para la innovación. Para definir hacia dónde debemos dirigir la innovación y así optimizar nuestras inversiones, necesitamos una tesis de innovación.

Una tesis de innovación no es más que una especie de visión de hacia dónde va el futuro, idear acerca de cómo está cambiando el mundo y cómo queremos utilizar la innovación para sacar provecho de estos cambios.

Por ejemplo, la tesis de innovación en el mundo de la automoción plasmaría el escenario del coche autónomo, autoconducido, coches eléctricos, entretenimiento a bordo, etc.

¿Cómo puedo hacer mi tesis de innovación?

Cómo defensores del trabajo con dinámicas, creemos que es la mejor forma de hacerlo puesto que es la forma más eficiente de unir distintas visiones para idear ese o esos posibles escenarios de futuro.

Para la sesión, formamos un equipo multidisciplinar que tenga una visión completa sobre la organización, la industria y el mercado en el que operan.

Si buscas en Internet hay distintos métodos y ejercicios para construir una tesis de innovación, de hecho nosotros hemos utilizando distintos en función de la necesidad de la compañía, la naturaleza del proyecto, etc. Pero siempre seguimos los mismos pasos:

  1. Primero necesitamos alinear la visión de qué es la compañía actualmente, su propuesta de valor actual
  2. Sobre esta visión trabajamos en conjeturas de lo que podría ser en el futuro. Intuitivamente buscamos cambios/tendencias que podrían afectar las reglas actuales de nuestro negocio y por tanto dejar obsoleta o modificar nuestra propuesta de valor actual
  3. Basándonos en las implicaciones que podrían tener las conjeturas de futuro trabajadas en el punto anterior, establecemos escenarios, en los que debemos llegar hasta el límite de lo que podría parecer ridículo o radicalmente nuevo, sino… ¿dónde estaría la innovación? Si suenan realistas no estamos hablando de futuro, sino de lo que está cambiando actualmente. Además, intentamos establecer escenarios de diversa radicalidad.
  4. Para cada escenario identificado, generamos una nueva visión, una nueva propuesta de valor, a ser posible, apalancada sobre capacidades actuales (activos, habilidades, conocimiento, etc)
  5. Categorización de escenarios. Categorizamos los escenarios por aquellos que puedan afectarnos más, de forma que estemos atentos en primer lugar a si las fuerzas del cambio propuestas en esos escenarios se están cumpliento o no en la realidad.
  6. Y por último, trabajamos en la Contra Thesis, es decir, en lo que sabemos que no invertiremos por el motivo que sea.

¿Y después?

Con nuestra tesis de innovación definida, podemos comenzar a solicitar ideas a los equipos para que nazcan alineadas con nuestra visión desde el inicio, y así poder tomar decisiones de inversión. Innovación sí, pero no en cualquier sentido. Estas inversiones serán los experimentos que realizamos para probar que nuestra tesis es cierta.

Además, debido a que no podemos predecir el futuro, nuestra tesis de innovación debe desarrollarse y verse como un conjunto de hipótesis que evolucionarán con el tiempo.

De forma periódica, debemos reunirnos, revisar el progreso y refinar nuestra tesis, pivotar. Es un artefacto importante que debemos mantener actualizado y que nos tiene que guiar hacia el futuro.

Por tanto, si ya no hay duda de que las empresas tienen que innovar si quieren seguir compitiendo en el futuro, trabajar en una tesis de innovación es un buen punto para saber hacia dónde deben dirigir sus esfuerzos.

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