El 7 de Agosto de 1974, un joven francés llamado Philippe Petit cruzó por un cable colocado ilegalmente a más de 400 m del suelo entre las Torres Gemelas de Nueva York (entonces, eran los edificios más altos del mundo).

El documental Man on Wire, de 2008, da vida a esta extraordinaria aventura a través del testimonio del propio Petit y grabaciones de ese día, que se conocería desde entonces como "el delito artístico del siglo".

El sargento Charles Daniels, que fue enviado para hacer descender a Petit, contó posteriormente:

“Observé al 'bailarín' —porque no podías llamarlo 'paseante'— aproximadamente a medio camino entre las dos torres. Y cuando nos vio, sonrió y comenzó a reír, iniciando una danza sobre el cable... y cuando llegó al edificio le pedimos que bajara de la cuerda, pero en lugar de eso se dio la vuelta y corrió de nuevo a la mitad... se balanceaba arriba y abajo. Sus pies realmente perdían contacto con el cable y volvían a colocarse de nuevo sobre este... realmente increíble ... Todos estábamos hechizados viéndolo.”

Muchas cosas se pueden sacar de este documental: como la maestría en el equilibrio sobre el cable hizo que pareciera sencillo y permitió a Petit poder disfrutar realmente del momento; como se planificó una aventura de este tipo sin ningún tipo de precedentes; el uso de test previos y maquetas a escala para validar los riesgos…

De todas estas cosas, me gustaría profundizar en el concepto de equilibrio y su importancia capital en ámbitos de lo más diverso.

Ejemplo 1: La maestría profesional

Este verano tuve la oportunidad de asistir a un curso en el Instituto Tramontana y conocer el fabuloso proyecto que tienen entre manos. Al finalizar, Javier Cañada nos explicó el significado del logo del instituto, que representa el hecho de que la madurez profesional está en el equilibrio entre 4 puntos cardinales (Delectus-Utilitas e Intellige-Crea):

“...ninguna gran obra —artística, empresarial o social— existe sólo en el terreno de lo utilitario y funcional; pero tampoco hay creación duradera ni próspera que se apoye sólo en lo emocional.”

“...El acto de crear algo por repetición o imitación, el método sin reflexión o la herramienta sin cerebro… Son lugares de mediocridad. El profesional completo y capaz, el que abre camino y crea prosperidad, sabe que antes de actuar debe entender, antes de ejecutar debe aprender.”

Ejemplo 2: El liderazgo

En el libro Extreme Ownership, los ex-marines Jocko Willink y Leif Babin traducen sus experiencias en el campo de batalla en pasos accionables para mejorar el liderazgo en el mundo de los negocios. En el libro, los autores comentan que los líderes son responsables de todo lo que está bajo su cuidado y que no hay malos equipos, sino malos líderes.

En el último capítulo “La dicotomía del líder” nos hablan de que, de igual manera que la disciplina y la libertad son fuerzas opuestas que deben ser balanceadas, el liderazgo requiere encontrar el equilibrio entre muchas cualidades aparentemente contradictorias. Al ser consciente de estas aparentes contradicciones, un líder puede:

“Balancear con mayor facilidad las fuerzas opositoras y liderar con máxima efectividad.”

Algunas de las dicotomías que nos presenta son:

“...Confiado, sin llegar a arrogante.”

“Valiente, pero no temerario.”

“Pon atención al detalle, pero no te obsesiones con ellos.”

“Humilde, pero no pasivo.”

El equilibrio en la gestión empresarial

Pensando en cómo aplica todo esto en el ámbito empresarial, y quizá un poco venido arriba tras la vuelta de unas vacaciones, me he atrevido a plantear lo que sería “La dicotomía de la empresa”: Un diagrama con los posibles ejes que debemos equilibrar en la gestión de una empresa digital.

La dicotomía de la empresa.
La dicotomía de la empresa.

Porque está muy bien ser Data Driven y tomar decisiones en base al rigor de los datos cuantitativos, pero no hay que perder de vista la intuición, para no llegar al extremo en el que los datos se conviertan en algo más importante que el sentido común.

De la misma forma, hay que saber moverse en un equilibrio entre la ejecución y la innovación. La ejecución eficiente del modelo de negocio que da de comer a tu empresa (que seguramente en unos años quede obsoleto) y la innovación aplicada a la creación de nuevos productos o nuevos modelos de negocio (que serán los que sustenten tu compañía en el futuro).

Te propongo una reflexión: ¿En qué cuadrante situarías a tu compañía?

Conclusiones

La maestría profesional no pasa por dominar un método, una herramienta o una tecnología. Cualquiera puede aprender de carrerilla un método y aplicarlo, pero solo el experto sabe que método/tecnología/herramienta hay que utilizar en cada momento. En el equilibrio es donde está verdaderamente la diferencia y para conseguir dominarlo no hay atajo posible.

Tanto si buscas la maestría en el ámbito profesional como si buscas la diferenciación en el ámbito empresarial, no lo vas a encontrar en libros de recetas. Con recetas solo conseguirás un poco más de lo de siempre, y con la competencia tan voraz y las pocas barreras de entrada del mundo digital, eso ya no es suficiente.

¿Significa esto que debes moverte siempre en un aburrido gris intermedio entre los ejes? ¿No es necesaria a veces una posición radical? Para mí, claramente, necesitamos a veces posiciones radicales, pero solo conociendo bien los ejes y sabiéndote mover entre ellos podrás reconocer cuál es el momento y la forma para irte a uno de los extremos.

Porque para ser un buen líder necesitas saber primero obedecer; para innovar, debes dominar primero el arte de la ejecución; y, para sacar realmente partido de los datos, necesitas dominar primero el arte de la intuición, y esto solo se consigue con la experiencia.

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