En el desarrollo de software, pocas frases generan tanto consenso como “nunca despliegues en viernes”. Una advertencia que, aunque nacida de la experiencia, también refleja una cultura de miedo al error.

En el último episodio de ‘Apasionados por la Tecnología’, Miguel Ángel Durán desmitifica esta idea y plantea una visión diferente: el problema no es el día, sino la confianza que tenemos en nuestros procesos.

Con más de 15 años de trayectoria, Miguel Ángel Durán (Midudev) ha liderado equipos en empresas como Adevinta (Fotocasa, InfoJobs, Milanuncios) y actualmente combina la divulgación tecnológica con proyectos de código abierto.

Desde esa perspectiva, invita a reflexionar sobre por qué algunos equipos temen desplegar. “Si no confías en tu código, da igual el día: el problema no es el calendario, sino el proceso”, comenta.

El primer paso es entender las causas del miedo (falta de test, tiempos largos o procesos poco predecibles) y abordarlas con una mentalidad de ingeniería.

El testing como base de la confianza en producción

El testing es el pilar de cualquier despliegue seguro. No se trata solo de una etapa más del ciclo de desarrollo, sino de una herramienta para reducir la incertidumbre.

Los tests permiten validar que el software cumple los requisitos esperados y detectar fallos antes de que lleguen al usuario. Sin embargo, no todos los tests aportan el mismo valor: un buen test end-to-end que pruebe el flujo principal de usuario puede ser más útil que decenas de unitarios.

La clave está en priorizar lo que realmente impacta en la experiencia del usuario y el negocio.

Reducir los tiempos de despliegue

Otro factor esencial es optimizar el tiempo que tarda un despliegue. Si el proceso dura horas, es lógico que genere incertidumbre. Cuando se convierte en algo ágil, automatizado y medible, pasa de ser un riesgo a ser una rutina natural.

Durán menciona el concepto japonés de Kaizen, basado en la mejora continua: pequeños avances del 1% acumulados en el tiempo producen grandes resultados.

Rollbacks y seguridad ante el error

Ningún sistema es infalible. Por eso, contar con un rollback efectivo (la posibilidad de revertir rápidamente un despliegue) es fundamental. Desde un simple botón de emergencia hasta sistemas automáticos que detectan caídas de rendimiento y revierten versiones sin intervención humana, el rollback refuerza la confianza y reduce el impacto de los fallos.

Superar el miedo a desplegar no es solo una cuestión técnica, sino cultural. Adoptar una mentalidad basada en testing, datos y mejora continua permite a los equipos innovar con seguridad y resiliencia.

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