¿Le prestamos la suficiente atención a la calidad de nuestro software? ¿Qué solemos dejar atrás? ¿Qué no deberíamos olvidar nunca?

En el episodio de hoy de Apasionados por la Tecnología hablaremos sobre la calidad del software y los principales aspectos que debemos tener en cuenta para garantizar la calidad en un proyecto.

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Pablo forma pertenece al equipo de QA. El concepto de calidad y todo lo que engloba ha ido evolucionando mucho a lo largo de los años. ¿Y si nos centramos en la calidad del software? La evolución ha ido de la mano.

¿Qué es la calidad?

En primer lugar, la calidad tiene muchas acepciones. Entre ellas, la definición tiene un punto subjetivo. Por ejemplo, comparamos un restaurante y decimos “este restaurante tiene buena calidad en relación al precio”. Al final, la calidad es el cumplimento de ciertas expectativas y valores que cada uno tenemos y que cuando se cumplen (en mayor o menor medida) es lo que consideramos la calidad.

¿Qué cosas tendríamos que tener en cuenta para garantizar la calidad en un proyecto? Lo primero es determinar las expectativas de nuestros clientes, qué necesitan los clientes, y también qué necesitan los equipos (por ejemplo, para dormir tranquilos antes de un despliegue).

¿Cómo podemos aplicar todo esto?

Los clientes confían en Paradigma en nuestro conocimiento y profesionalidad, pero la calidad es muy intangible. Para dar mayor confianza a nuestro clientes intentamos tangibilizar la calidad y trabajamos lo que llamamos la pirámide de la calidad.

Esta pirámide se compone de tres etapas: equipo, proceso y producto.

¿Cómo se trabaja en Paradigma para garantizar su aplicación en los proyectos?

Intentamos hacer que la calidad sea visible para dar mayor seguridad a este salto de fe que los clientes tienen con nosotros. Por eso, es fundamental que tengan esa confianza más tangible. Definimos unas KPIS, para tener una fotografía clara de la salud de nuestro proyecto. Así, todo el equipo es consciente de qué acciones deberíamos llevar a cabo y si las estamos alcanzado gracias a los KPIS. De esa forma, damos seguridad al equipo y al cliente de que esas expectativas se van a cumplir.

¿Te has quedado con ganas de más?

Te contamos algunos casos reales que acabaron en desastre. No te pierdas el post Los efectos de no valorar la calidad del software.

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