La computación cuántica es uno de los avances más revolucionarios de nuestra era. Desde el análisis financiero y la logística, hasta el fortalecimiento de los sistemas de ciberseguridad, la computación cuántica promete ventajas que podrían cambiar las reglas del juego en los negocios.

En este episodio vemos qué es la computación cuántica, por qué es tan difícil de construir y cómo pueden las empresas prepararse para aprovechar su potencial.

Un nuevo paradigma

A diferencia de los ordenadores tradicionales, que procesan la información en forma de bits (valores binarios que representan 0 o 1), los ordenadores cuánticos utilizan qubits, que pueden estar en una superposición de estados.

Esto significa que un qubit puede representar simultáneamente un 0 y un 1, lo que abre la puerta a una capacidad de procesamiento exponencialmente mayor.

Para ilustrar este concepto, podemos recurrir al famoso experimento mental del gato de Schrödinger, en el que un gato dentro de una caja puede estar vivo y muerto a la vez hasta que alguien abre la caja.

Esta superposición de estados es clave para entender cómo funcionan los qubits y, por tanto, los ordenadores cuánticos.

A pesar de su enorme potencial, los ordenadores cuánticos son extremadamente difíciles de construir. Esto se debe a fenómenos como la decoherencia, que hace que los estados cuánticos sean muy sensibles a cualquier alteración del entorno.

Para evitarlo, estas máquinas requieren condiciones muy específicas, como temperaturas cercanas al cero absoluto, lo que implica el uso de sofisticados sistemas criogénicos.

Además, la corrección de errores en la computación cuántica es un reto constante. Las interacciones no deseadas pueden afectar los resultados, y por eso, se están desarrollando algoritmos específicamente diseñados para minimizar estos errores durante el procesamiento.

Aplicaciones reales en el mundo empresarial

A pesar de su complejidad, la computación cuántica ya empieza a ofrecer beneficios tangibles en distintos sectores. Empresas como Amazon prevén que esta tecnología permitirá optimizar cadenas de suministro y rutas logísticas.

En el sector financiero, se está utilizando para mejorar la gestión de riesgos, detectar fraudes en tiempo real y optimizar carteras de inversión, tareas que actualmente requieren granjas de superordenadores.

En la industria farmacéutica, los ordenadores cuánticos facilitan la simulación de moléculas complejas, lo que acelera el descubrimiento de nuevos fármacos y posibilita el desarrollo de tratamientos personalizados adaptados al ADN de cada paciente.

Otro ámbito crucial es la ciberseguridad. Con el avance de esta tecnología, muchos de los algoritmos de cifrado actuales podrían volverse obsoletos. Esto ha llevado al surgimiento de la criptografía post-cuántica, un campo cada vez más relevante para proteger los datos frente a amenazas futuras.

¿Qué empresas están liderando la carrera cuántica?

El desarrollo de la computación cuántica está siendo impulsado tanto por grandes corporaciones tecnológicas como por startups altamente especializadas.

Empresas como IBM, Google, Microsoft y Amazon lideran la inversión en hardware y plataformas en la nube que permiten a otras organizaciones empezar a experimentar con algoritmos cuánticos sin necesidad de disponer de sus propios equipos físicos.

Junto a estas grandes compañías, también destacan startups como IonQ, Rigetti Computing, D-Wave o PsiQuantum, cada una con enfoques distintos para construir procesadores cuánticos, ya sea mediante superconductores o computación fotónica.

En paralelo, instituciones académicas como el MIT, así como iniciativas como el programa europeo Quantum Flagship, están empujando el desarrollo desde el ámbito público.

¿Y las pymes?

A menudo se piensa que solo las grandes empresas pueden beneficiarse de la computación cuántica, pero las pequeñas y medianas empresas ya pueden empezar a prepararse.

Hoy en día, no es necesario adquirir un ordenador cuántico para trabajar con esta tecnología: plataformas como IBM Quantum, Amazon Braket o Azure Quantum permiten acceder a recursos cuánticos desde la nube y realizar pruebas de concepto sin grandes inversiones.

Además, las pymes pueden colaborar con universidades, participar en consorcios de innovación o utilizar simuladores locales que imitan el comportamiento de un ordenador cuántico desde un equipo tradicional. Esto permite experimentar con algoritmos cuánticos y explorar su aplicabilidad en el negocio actual.

Prepararse para la era cuántica

El primer paso para prepararse no es técnico, sino cultural: formar a los equipos. Programar para un ordenador cuántico es completamente distinto a lo que conocemos.

Existen librerías como Qiskit (de IBM) o Cirq (de Google) que facilitan este proceso, pero se requiere una mentalidad nueva y una base de conocimientos específica. Uno de los riesgos más serios es que lleguemos a la era cuántica sin el talento humano preparado para aprovecharla.

También es recomendable empezar a explorar ya las distintas plataformas disponibles, identificar posibles casos de uso y comenzar a trazar una hoja de ruta interna. España, por ejemplo, ya cuenta con una hoja de ruta cuántica para empresas, impulsada desde el sector público.

No adaptarse a tiempo puede generar consecuencias serias. La primera, en ciberseguridad, donde los esquemas de cifrado actuales podrían ser vulnerables frente a ataques cuánticos en los próximos años.

De hecho, algunas organizaciones maliciosas ya están recolectando datos cifrados para descifrarlos cuando la computación cuántica lo permita, en lo que se conoce como la estrategia “Harvest now, decrypt later”.

Otro riesgo es quedarse atrás frente a la competencia. Las empresas que se adelanten y entiendan cómo aprovechar esta tecnología tendrán una ventaja considerable en investigación, eficiencia y desarrollo de nuevos productos.

¿Reemplazará lo cuántico a lo clásico?

La respuesta es clara: no. La computación cuántica no viene a reemplazar a la clásica, sino a complementarla. De hecho, lo más probable es que veamos cada vez más arquitecturas híbridas, donde ambos tipos de sistemas trabajen juntos.

Un ejemplo de ello es el Barcelona Supercomputing Center, que ya integra ordenadores cuánticos con superordenadores clásicos para resolver problemas complejos de forma más eficiente.

La computación cuántica está dejando de ser un tema de futuro para convertirse en una realidad emergente. Las organizaciones que comiencen a prepararse hoy estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos y oportunidades que esta tecnología traerá consigo en los próximos años.

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Foto de portada: Unsplash

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