En los últimos años, se ha reivindicado el papel de la mujer en las carreras STEM, potenciando la visibilidad de referentes femeninos e intentando impulsar, con distintas iniciativas y estrategias, la presencia de la mujer en la tecnología.

En este episodio nos acompaña Noe Medina, Agile Delivery Lead en Paradigma Digital, y con ella vemos cómo ha evolucionado la presencia de la mujer en la tecnología a lo largo de los años y en qué punto nos encontramos actualmente.

¿Cómo ha evolucionado la presencia de la mujer en la ciencia y la tecnología desde el siglo XX y cuáles crees que son algunas de las razones por las cuales actualmente hay una escasez de mujeres en carreras técnicas?

Poco a poco, a finales del siglo XX y principios del XXI, hemos empezado a poner en valor a figuras como Ada Lovelace, Rosalind Franklin, Marie Curie, Katherine Johnson y sus compañeras de la NASA, a través de un trabajo de divulgación muy agotador y en algunos casos con productos culturales más mainstream como puede ser la película “Figuras ocultas”.

Cuando digo que es agotador es porque sus logros académicos y profesionales están ahí, Grace Hooper ganó el premio al “Hombre del año” por la Data Processing Management Association en 1969, lo cual es bastante irónico porque era una mujer… pero aún así tenemos que re-demostrarlos continuamente y ponerlos en valor comparándolos con los de otros hombres.

Existen innumerables productos culturales de divulgación acerca de cuán importantes hemos sido las mujeres a lo largo del desarrollo de la historia tecnológica. Al fin y al cabo, en la primera mitad del siglo XX los hombres estuvieron inmersos en defender los distintos frentes bélicos que tuvieron lugar, pero la producción industrial y el desarrollo tecnológico y científico no se paró y fue en gran medida porque las mujeres lo sustentaron.

Una vez apaciguados o acabados los frentes bélicos, las mujeres volvieron a quedar relegadas a un segundo plano. Y no hablo de lo primero que se nos viene a la cabeza que es “ser amas de casa”.

Mentiríamos al decir que todas las mujeres que desempeñaron trabajos más o menos cualificados los perdieron o abandonaron para cuidar de sus familias. Muchas de ellas siguieron trabajando, pero siempre en un nivel inferior al de cualquier otro hombre en su misma posición.

A día de hoy las leyes son más igualitarias y más protectoras frente a la discriminación, pero aún así en el mismo país, Reino Unido, en 2019, solo el 1% de los fondos de capital de riesgo se destinaron a empresas emergentes fundadas exclusivamente por mujeres y un 83% de los acuerdos cerrados no contaba con ninguna mujer en sus equipos fundadores.

Hemos avanzado, sí, pero no lo suficiente y debido a esa historia cultural que arrastramos y mantenemos la presencia de mujeres en el sector tecnológico es minoritaria.

Desde hace varios años se está intentando impulsar, con distintas iniciativas y estrategias, la presencia de la mujer en la tecnología. ¿En qué punto nos encontramos ahora mismo?

Creo que actualmente nos encontramos en un punto de inflexión en el que tenemos que empezar a trabajar también en otros factores interseccionales más allá de fomentar que “tengamos un hueco en…”.

Es necesario y enriquecedor fomentar a una edad temprana que las niñas y los niños pueden estudiar aquello que quieran, acabar con los roles de género asociados a las distintas carreras y profesiones, pero ¿qué pasa con las mujeres que ya estamos en el ámbito laboral y sufrimos diariamente todos los sesgos culturales que estamos tratando de desterrar del desarrollo de las futuras generaciones?

Cuando se llega al momento de elegir qué estudiar, solo 6-7% de las mujeres elige carreras de ingeniería tecnológicas, industriales o civiles a pesar de que se intenta trabajar en la libre elección.

Pero la realidad es que una vez hemos finalizado el periodo formativo y a pesar de las acciones que también se llevan a cabo para favorecer la entrada al mundo laboral, nos encontramos con datos bastante escalofriantes.

Según el informe de The Athena Factor, un 56% de mujeres abandona sus puestos de trabajo en tecnología, un 47% en ciencia y un 39% en ingeniería, aproximadamente cuando llevan unos 10 o 12 años de desarrollo profesional.

Habrá mucha gente que haga cálculos y le cuadre que esto puede estar relacionado con los tiempos biológicos de formar una familia, pero nada tiene que ver ya que no es la realidad de todas las mujeres dentro del sector.

En el informe se identifican la cultura machista y el aislamiento que se sufre en los lugares de trabajo, el desconocimiento sobre los pasos que deben tomar en su carrera, la falta de referentes, la poca recompensa ante los riesgos, el esfuerzo que conlleva demostrar que se es válida y la sobre exigencia a la que estamos sometidas como los principales problemas que nos impulsan a abandonar nuestras carreras en el sector.

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