Es una de las piezas fundamentales en la estrategia digital de una compañía y engloba desde la definición de un stack tecnológico hasta un cambio cultural y organizacional.

Continuous Delivery es un conjunto de principios y prácticas para reducir el coste, el tiempo y el riesgo de entregar cambios incrementales a los usuarios. - Jez Humble

En los últimos años su uso se ha extendido ampliamente impulsado por sus ventajas evidentes. A nivel de negocio, aporta una reducción de costes, asegura que se construyen las funcionalidades que de verdad aportan el valor que esperan los usuarios y reduce el riesgo al hacer una release. Se estima que aumenta el beneficio alrededor del 19%, mejora el 22% la calidad de las aplicaciones y el número de nuevo software y servicios desplegados aumenta en un 21%.

En el ámbito técnico facilita hacer integraciones menos dolorosas, encontrar antes los problemas, deshacerse de las tareas automáticamente repetitivas, desarrollar con más calidad, tener los entornos siempre estables, etc. Hay estudios que han medido que se consigue desplegar con una frecuencia hasta 30 veces superior, se dan un 50% menos de fallos y se consigue restaurar el servicio hasta 12 veces más rápido.

Hoy traemos a nuestro blog una demo en la que mostramos con un ejemplo cómo se podría montar un pipeline de Continuous Delivery para reducir el tiempo que pasa desde que hacemos un cambio hasta que se libera. Partimos de un proyecto muy sencillo con SpringBoot y Bootstrap alojado en nuestro Github y mediante Jenkins conseguimos automatizar las diferentes fases de construcción, tests, dockerización y despliegue en entornos definidos sobre Kubernetes.

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